jueves, 29 de noviembre de 2012


Salud Mental y Globalización

Hacia una Administración Competitiva y de Calidad Total

Víctor Manuel Aguilar Soria


Resumen

En el presente ensayo se hace una evaluación de la implicación del fenómeno de la globalización en la salud mental, desde varias perspectivas, primero se muestra el impacto directo en la epidemiología de las enfermedades mentales y como a consecuencia de la modernización surgen nuevos trastornos. En seguida se discute la causa y efecto de las adicciones tras el fenómeno de la globalización y se discierne en la importancia del enfoque preventivo de los programas y políticas dirigidos a la salud mental. Otra perspectiva del alcance global en la salud mental es la referente a la administración de los servicios de salud mental, en este apartado veremos las pautas para desarrollar una gestión eficiente y de calidad Finalmente en este trabajo se expone el concepto de competitividad de las instituciones dedicadas a la salud mental como una alternativa para asegurar la calidad, la eficiencia, y la eficacia del servicio en el contexto global. El objetivo principal de este ensayo no solo es el planteamiento analítico, es contribuir a la estructura de modelo de gestión de calidad total en el Hospital de Especialidades en Salud Mental de Zacatecas mediante la caracterización de tópicos en la internacionalización del conocimiento y evaluación situacional de los trastornos mentales en un contexto internacional.

Abstract

This essay presents an assessment of the implications of the phenomenon of globalization on mental health, from various perspectives, first shows the direct impact on the epidemiology of mental illness as a result of modernization there are new disorders. Then we discuss the cause and effect of addiction after the phenomenon of globalization and discerning the importance of preventive approach to policies and programs aimed at mental health. Another perspective of the global reach in mental health is that relating to the administration of mental health services, in this section we develop guidelines for efficient management and quality. Finally, in this paper discusses the concept of competitiveness of institutions dedicated mental health as an alternative to ensure quality, efficiency, and effectiveness of the service in the global context. The main objective of this paper is not only the analytical approach, is to contribute to the structure model of total quality management in the Hospital de Especialidades en Salud Mental in Zacatecas topics by characterizing the internationalization of knowledge and situational assessment mental disorders in an international context.


Introducción
No es difícil imaginarse la forma en que un aumento en el comercio internacional y el movimiento de personas, que son dos rasgos determinantes de la globalización, puede incidir en la salud. Actualmente, la cantidad de bienes que se envía a más lugares es mayor que en ningún otro momento de la historia. Asimismo, una mayor cantidad de gente viaja más lejos y más frecuentemente, por lo que entran en contacto con más personas y bienes que en ningún otro período de la humanidad. 


Este aumento en el movimiento de bienes y personas también acrecienta las oportunidades de propagación de enfermedades en todo el mundo. Los bienes y los servicios no son los únicos que pueden viajar a través de los océanos y las fronteras estatales, sino también las enfermedades.

Pero de la misma forma en que la globalización incrementa la frecuencia y la facilidad con que las enfermedades pueden propagarse en todo el mundo, la misma también puede mejorar el acceso a las medicinas, a la información médica y a la capacitación que pueden ayudar a tratar o curar estas enfermedades. 

En relación los trastornos mentales, podemos decir que estos representan una parte significativa de la carga de las enfermedades en todas las sociedades. Existen intervenciones efectivas que, sin embargo, no son accesibles para la mayoría de los que las necesitan. Dichas intervenciones se pueden realizar fácilmente mediante cambios políticos y legislativos, con un desarrollo de servicios, una financiación adecuada y la formación del personal apropiado.

Para abordar las necesidades de la salud mental en un mundo globalizado, se deben desarrollar políticas y prácticas sanitarias, desde un análisis situacional entendiendo la diversidad cultural. Un fenómeno importante a considerar en este ensayo es la comorbilidad  de las adicciones en los trastornos mentales, ya que las adicciones no solo enferman al adicto sino a todo su entorno social.

En este contexto, lo importante ahora es establecer los lineamientos hacia una administración competitiva, lo cual en términos de globalización resulta una utopía difícil de concebir, pues en miras de la amplia desigualdad entre los países como consecuencia directa de la globalización, la competitividad se vuelve un desafío poco probable.

1.   La Salud Mental ante el desafío de la Globalización.
“Se muestra que muchos países han registrado importantes avances en materia de salud en los últimos decenios y que los beneficios obtenidos han sido desiguales. La brecha sanitaria entre los países y entre los distintos grupos sociales dentro de un mismo país se ha agrandado. Las transformaciones sociales, demográficas y epidemiológicas, alimentadas por los procesos de globalización plantean desafíos de una magnitud que no se preveía hace tres décadas” (OMS, 2011, pág. 1).
La globalización, entendida como como un proceso de integración mundial, adquiere una dimensión que excede las fronteras nacionales, es un hecho social, cultural y económico cuyo empuje se ha visto reforzado por el reciente impacto tecnológico que proporciona mayor alcance y velocidad en la transmisión de la información, bienes, servicios y personas. Estas variables sociales repercuten directamente en el estado de salud mental de las personas.

Ante esta realidad, el profesional de la salud mental se enfrenta a nuevos desafíos en un mundo intercontectado, como por ejemplo, el ser humano recibe en forma continua mensajes, a menudo de quienes no conoce en persona sino virtualmente, que pueden causar daños irreparables a su vida. El mundo es una pequeña ciudad y debemos vivir en ella integrándonos para mejorar y no para perjudicarnos.
En este sentido, resulta ampliamente interesante explorar el impacto psicológico de la globalización sobre los habitantes del mundo rico en paralelo al mundo pobre; el malestar mental se ve sobre estimulado por la sociedad en la que vivimos, hasta el punto en que las certezas de ayer, a veces muy restrictivas, desaparecen y nos dejan ante angustiosas incertidumbres: el amor, la familia, la formación, son solo algunos tópicos que se han transformado. Paradójicamente, en el mudo desarrollado se tiene más- inimaginablemente más y sin embargo, no parece haber mas satisfacción, muy al contrario sobre esta élite han tenido su auge problemas como la depresión, las adicciones, el culto al cuerpo, los trastornos de alimentación, violencia y «nuevas» formas de sufrimiento como la fibromialgia, el narcisismo o el síndrome de Ulises, entre muchos otros.


Por otro lado, en los países subdesarrollados este alejamiento y agrandamiento de la brecha entre su paupérrima realidad y la realidad moderna, genera un gran impacto psicológico. Por ejemplo, el Dr. Thomas T. Cottle, sociólogo y psicólogo clínico americano de la Massachussets School of Profesional Psychology, entrevistó a desempleados en situación precaria, que han estado sin trabajo como mínimo seis meses. Encontró que la experiencia de este tipo de trabajadores presenta síntomas de patologías similares a  la de los pacientes a punto de morir (Rifkin, 2000).

No obstante, los efectos de la globalización también generaron un fenómeno positivo en el área de la salud mental, al menos para la industria farmacéutica, con el reconocimiento de múltiples y tan diversos trastornos y sus respectivos  tratamientos farmacológicos.  

A finales del siglo pasado, el farmacéutico GlaxoSmithKline quería llevar Paxil, un antidepresivo superventas en EEUU, a Japón. La naturaleza seria de los japoneses, la alta tasa de suicidios y la grave crisis económica que sufría el país lo convertían en blanco perfecto. Sin embargo, la multinacional tenía que superar un importante inconveniente: lo que hace que los antidepresivos sean un medicamento tan lucrativo en EEUU, donde la depresión es una enfermedad de casa, era totalmente nuevo en Japón, y en principio considerado un mal tan grave que requiera de atención altamente especializada. Dicho de otra manera: los japoneses no sabían que tenían un problema con la depresión hasta que los creativos de la farmacéutica se lo dijeron.

Por más de una generación, los occidentales hemos difundido nuestro conocimiento moderno de la enfermedad mental en todo el mundo, con la creencia de que nuestros enfoques revelan las bases biológicas de sufrimiento psíquico y disipan los mitos pre-científicos y el estigma perjudicial, está es la parte buena de la globalización de la salud mental, el problema es que del mismo modo que la salud se difunde se difunde también la enfermedad; hemos estado exportando nuestros colección  de síntomas y con ellos nuevos padecimientos y nuevos trastornos.

Es decir, hemos ido cambiando no sólo los tratamientos sino también la expresión de la enfermedad mental en otras culturas. De hecho, un estudio realizado por Ethan Watters afirma que  un trastorno mental de la salud- depresión, trastorno de estrés postraumático  y  anorexia entre otros- ahora parece estar propagándose en todas las culturas con la velocidad de enfermedades contagiosas (Watters, 2012). Estos grupos de síntomas se están convirtiendo en un lenguaje universal del sufrimiento humano, en sustitución de las formas autóctonas de la enfermedad mental.

En esta era de la globalización, esperaríamos que la gente valore y sea sensible acerca de sus diferencias locales y la diversidad. Y algunas áreas podrían ser más críticas que el diferente entendimiento de la mente humana cuando se trata de la salud mental y la enfermedad. Por ejemplo, en la práctica es común encontrar a una mujer profesionista de la capital zacatecana que experimenta una forma de depresión mediante la descripción de una sensación “agotamiento, insatisfacción y estrés laboral”, mientras que una mujer campesina de una comunidad de la Sierra de Morones puede hablar sólo de dolores en la cabeza. ¿Qué se podría esperar de la concepción de la depresión de personas provenientes de distintas naciones, culturas, razas, clases sociales?

En un mundo globalizado, todos estos factores se encuentran en “transacción y transformación, las creencias culturales acerca de la depresión y el ser son maleables y receptivos a los mensajes exportados de una cultura a otra.

Es así como la globalización, entendida en la mayoría de las veces en un sentido meramente económico, es apreciada desde mi punto de vista personal como psiquiatra, como un fenómeno social y cultural, de manifiestas consecuencias para el individuo, su salud, su psique y su estado de ánimo.

En consecuencia el desafío para los profesionales y las instituciones dedicadas a la Salud Mental, es establecer un modelo universal para la atención de los trastornos mentales que sea capaz de concebir y tratar la enfermedad de en todo su contexto, social, económico, cultural, esto es en un contexto global.
2.   La globalización de las adicciones: causa y efecto en la salud mental.

Al hablar de globalización y salud mental, es inevitable escapar del fenómeno de las adicciones, que a diferencia de muchos de los trastornos mentales es un fenómeno manifiesto en todas las clases sociales, en todas las razas, en los países más desarrollados como en los subdesarrollados.

El proceso de globalización/mundialización al que asistimos a partir de los años ochenta está afectando de manera directa a la evolución del fenómeno de las drogas ilícitas, y lo hace desde tres ámbitos diferentes (Aldanondo, 2012). 

En primer lugar, está contribuyendo a la extensión y a la homogeneización de los patrones de consumo a nivel global. Se está rompiendo los patrones tradicionales que señalaban que los países del sur eran los productores y los países industrializados los consumidores de esas sustancias ilícitas. Ahora, tanto los países del norte como del sur se han vuelto productores y consumidores de esas sustancias

En segundo lugar, la aplicación, en los países productores, de políticas de ajuste estructural como parte de esta proceso de globalización/mundialización de corte noeliberal, que han promovido la desregulación y liberalización, la apertura externa y las privatizaciones, políticas que han estimulado, o cuanto menos no han impedido, los crecientes niveles de marginalización y pobreza, lo que ha sido un estímulo permanente para la utilización de dicho recursos como ventaja comparativa en el comercio internacional. 

En tercer lugar, los procesos de desregulación y liberalización de sistema financiero internacional y el mantenimiento, cuando no el reforzamiento, de los paraísos fiscales o centros  offshore o extraterritoriales, surgidos en la década de los años 40 para el lavado del dinero del crimen, el juego  y contrabando, que gozan de una legislación especial que permite la extraterritorialidad y una jurisdicción especial con leyes bancarias especiales donde destacan la confidencialidad, el secreto bancario y la exención tributaria interna.

Todos estos cambios operados en el escenario internacional han permitido la expansión del consumo de drogas tanto licitas como ilícitas y con ello la epidemiología de las enfermedades psiquiátricas. Aquí entra el cuestionamiento de ¿causa o efecto?, el fenómeno de las adicciones es causa constante de los trastornos mentales, por ejemplo un paciente con alcoholismo crónico puede desarrollar, como consecuencia directa de su alcoholismo, una depresión mayor secundaria o rasgos de personalidad antisociales. Paralelamente, un paciente con depresión es más vulnerable al consumo de alcohol: efecto.

La relación causa-efecto de las adicciones y de las enfermedades psiquiátricas va mas allá del individuo, pues la drogadicción deriva muchas veces en la criminalidad la cual es factor predominante en la población de hoy en día y que influye directamente en la salud mental de la sociedad, incluso de aquellos grupos que nos son consumidores.

El consumo de sustancias adictivas, sean lícitas o ilícitas representa un riesgo para el desarrollo de los niños y jóvenes, así como para sus familias y comunidades, pues además de los aspectos negativos inherentes al estilo de vida, se deben agregar la violencia, los accidentes, los trastornos de salud mental, el ausentismo en el ámbito laboral, así como el alto costo que implica para los servicios de salud el tratamiento y la rehabilitación.

En resumen, la demanda de sustancias adictivas licita e ilícitas surge como problema mundial de salud pública a finales de los años sesenta en paralelo a la globalización. En los Estados Unidos de Norteamérica y otros países se observa un aumento acelerado del consumo de drogas, asociado a la emergencia y difusión de diversos movimientos sociales y de contracultura. Estas tendencias tuvieron impacto en México, donde se comenzó a observar un crecimiento en el uso de dichas sustancias en ciertos sectores, con los consecuentes resultados negativos en la salud mental y el bienestar de la población.

Por ello, el reto que se plantea en la creación de un modelo de calidad total en la atención a la salud mental es una necesidad urgente tanto a nivel preventivo como a nivel curativo sobre un contexto cambiante y global.
 3.   El reto de una nueva administración en la atención de la salud mental en el contexto global.

El rápido desarrollo del campo de la salud mental y las constantes transformaciones del mundo exigen  un sistema  administrativo  cada  vez  más  competente  y  eficaz. 

La esfera de actividad de la salud mental ha aumentado rápidamente,  tanto  en tamaño como en complejidad en años recientes. Ahora, como nunca  antes, los  programas dirigidos a salud mental gastan más dinero, emplean más personal,  atienden, en formas más variadas, a más gente y prestan servicios de mayor  alcance  (Feldman, 2000).

La pequeña clínica tradicional de consulta externa y el amplio y “majestuoso” hospital psiquiátrico ya no son la norma. La organización  de los servicios de salud mental de la  presente década emerge directamente de la globalización como un  sistema de servicios muy complejo y frecuentemente descentralizado, múltiples  niveles  de  responsabilidad, con diversas fuentes de financiación y lazos estrechos con otros servicios de atención a las personas.

En consecuencia, la administración en salud mental se ha hecho muy compleja y exige un alto nivel de habilidad y comprensión y sobre todo un compromiso de calidad.

Al  mismo  tiempo, se reconoce unánimemente la  necesidad de aumentar  la eficacia de la administración  en salud mental. Quizá sea este en  realidad  uno  de  los  pocos aspectos de la salud mental  en el  que  todos están de acuerdo. El avance, sin embargo, ha sido lento en comparación con la creciente transformación del mundo globalizado, las dificultades y los mismos trastornos mentales, parecen aumentar más rápidamente que la habilidad para resolverlas y en consecuencia, el reto para generar una nueva administración o bien, trasformar la existente, no es nada fácil. 

En las actuales administraciones la salud mental suele estar imbricada dentro de un complejo cuerpo de políticas sociales, de salud, y de bienestar. El campo de la salud mental se ve afectado por una gran variedad de políticas, estándares e ideologías que no están directamente relacionadas con la salud mental. De acuerdo a la OMS cuando se está formulando una política de salud mental, es necesario valorar el entorno físico y social en el que viven las personas, para potenciar sus efectos positivos (OMS, 2009). Un entorno que ya hemos visto esta cada vez mas globalizado.

Aunque en los últimos treinta años se han visto grandes reformas en los sectores de salud general y en la salud mental. De acuerdo a un estudio realizado por la OMS la descentralización y las reformas de la financiación de la salud son los dos cambios claves que han afectado a los sistemas generales de salud (OMS, 2006). Estas dos cuestiones son importantes para la salud mental ya que existe una mayor concienciación sobre la necesidad de adecuar la financiación de los servicios de salud mental y de enfatizar la integración de los servicios de salud mental en los sistemas generales de salud.

El proceso de descentralización comenzó en los países industrializados y ha tenido influencia en la configuración de los sistemas en los países en vías de desarrollo. La descentralización de los servicios de salud públicos a nivel de gobierno local  ha sido adoptada rápidamente por los países en vías de desarrollo por una serie de razones, que incluyen los cambios en el sistema político y económico en respuesta a las presiones de la globalización económica, la percepción de que los servicios planificados según las necesidades locales pueden ser más adecuados a esas necesidades.

De acuerdo a las estadísticas mundiales los trastornos mentales representan aproximadamente el 12% del total de la carga global de las enfermedades. En el 2020 representará aproximadamente el 15% de la discapacidad ajustada a los años de vida perdidos por enfermedad (OMS, 2011). El impacto de los trastornos mentales, según mi experiencia personal y las estadísticas del Hospital de Especialidades en Salud Mental, es mayor en adultos jóvenes, el sector más productivo de la población. Probablemente, en las próximas décadas, los países en vías de desarrollo serán testigos de un incremento desproporcionado de la carga atribuida a los trastornos mentales. La población en general, como lo describimos en el primer apartado de este ensayo, se encuentra vulnerable ante los trastornos mentales.

Otro elemento importante al hablar de administración en salud mental, es el de financiación. Los costes económicos totales de los trastornos mentales son fundamentales. En los E.E.U.U., se estima que los costes directos de los tratamientos son anualmente de 148 billones de dólares, representando el 2.5% del producto nacional bruto (Sharfstein, 2012). En los países desarrollados,  los costes indirectos atribuidos a los trastornos mentales son de dos a seis veces mayores a los costes directos y es probable que representen una proporción incluso mayor del total de los costes directos en los países en vías de desarrollo, en los que los costes directos tienden a ser bajos (OMS, 2011).

En la mayoría de los países, las familias soportan una proporción significativa de estos costes económicos por la ausencia de redes integrales de servicios de salud mental financiadas con fondos públicos. Las familias también incurren en costes sociales, tales como la carga emocional de cuidar a los miembros discapacitados de la familia, la disminución de calidad de vida de los cuidadores, la exclusión social, la estigmatización y la pérdida de oportunidades futuras para la mejora personal.

Por estas razones en el Hospital de Especialidades de Salud Mental en Zacatecas, tenemos el objetivo de desarrollar e implantar un Modelo de Gestión de Calidad Total en Atención a la Salud Mental, el desafío actual en el contexto global, además de la generación  del modelo es lograr la competitividad del modelo.

4.   Competitividad en el Hospital de Especialidades en Salud Mental.

Queda claro, que las sociedades actuales están experimentando una serie de cambios que suponen nuevos retos y necesidades y que amenazan, hoy más que nunca, la salud mental de los ciudadanos. Entre los nuevos desafíos a los que se tienen que hacer frente las instituciones dedicadas a la salud mental se encuentran su competitividad.

El paradigma sobre globalización, salud mental y competitividad es muy intenso, no se trata solo de estar capacitado para atender todos los trastornos mentales de la sociedad actual, sino de atenderlos en todos los contextos socioculturales, y ademar tener la capacidad como institución de competir con las institutuciones de salud mental de cualquier lugar del mundo.

Desde un punto de vista personal, la principal ventaja competitiva para una institución de salud mental es la calidad en el servicio, y la formas de gestión. Al contar con calidad se disminuyen los costos, los procesos y los recursos se optimizan, se garantiza la permanencia en el mercado y permite crecer con mayor facilidad.

Someter todos los procesos operativos y acciones de mejora a una evaluación externa profesional retroalimenta de forma profunda y devela que lo que se está haciendo con los equipos de trabajo camina hacia el éxito, otorgándole certeza al  modelo de competitividad.

Para ello considero fundamental establecer los siguientes principios, planteados en un trabajo anterior (Soria, 2012):
  • LIDERAZGO: Demuestra mediante el despliegue en la práctica de hábitos y conductas, la congruencia con el Código de Ética, Conducta y Valores de la Calidad. El Liderazgo será el elemento motriz del Sistema de Administración por Calidad Total, su enfoque y aplicación al logro de los resultados y satisfacción a los usuarios se fundamenta en el desarrollo de sus competencias profesionales médico-administrativas, de tal manera que su visión sistémica y estratégica, así como su efectividad, eficiencia y propuestas de valor innovadoras, sean las propulsoras de la competitividad de los procesos y sistemas implantados.

  • ENFOQUE AL USUARIO: Enfocarse al usuario significa identificar sus necesidades mediante el establecimiento y mantenimiento de una relación integral con él, ya que al escuchar su voz y conocer sus expectativas al diseñar los servicios de atención, permite a las unidades de salud alcanzar el éxito de manera sostenible.

  • PREVENCIÓN: Aprovechar los antecedentes de operación en forma cuantitativa, mediante la interpretación de tendencias que faciliten las proyecciones y prospectivas requeridas para planificar estrategias y acciones específicas de manera anticipada que respondan como se espera, a satisfacer expectativas de los usuarios, del personal y de la institución y de los demás grupos de interés.

  • TRABAJO EN EQUIPO: El compromiso del personal, será evidente al tener habilitada una Red de Equipos de Trabajo, tendentes a evolucionar hacia equipos de alto desempeño, caracterizados por la interacción de diferentes esfuerzos y la sinergia intelectual de sus integrantes en la búsqueda hacia la solución de problemas que impactan en los procesos estratégicos y de apoyo; su producto es la generación e implantación de proyectos que como propuestas de valor, se orienten a la innovación y mejora de los procesos.

  • MEDICIÓN, ANÁLISIS Y MEJORA: La innovación y la mejora continua de los procesos, dependen directamente de la medición de hechos reales y se convierten en un hábito inherente a la cultura de calidad, lo que permite asegurar la minimización de improvisaciones y planear con esquemas reales y los deseables a lograr, basados en una metodología sistematizada cuyos resultados ofrecen la toma de decisiones acertada.
De esta manera, la forma en que las diferentes instituciones desarrollan y hacen uso de su capital financiero, humano y situaciones, va a incidir directamente no sólo en la prosperidad y en la competitividad de la institución  sino también en la salud mental de la población y por ende en el bienestar de la sociedad en cualquiera de sus contextos socio-culturales.

Conclusiones

Son esenciales una política y un plan de salud mental para coordinar todos los servicios y actividades relacionadas con la salud mental. Sin una política y unos planes adecuados, es probable que los trastornos mentales se traten de manera ineficaz y fragmentada.

Los esfuerzos para mejorar la salud mental han de tener en cuenta los recientes avances en la comprensión, el tratamiento y la atención sanitaria de las personas que padecen trastornos mentales, así como las ultimas reformas sanitarias y las políticas gubernamentales en otros sectores.

Desde el punto de vista proporcional muy pocos países tienen una variedad óptima de servicios. En relación a esto podemos sacar dos conclusiones desde las principales experiencias en todo el mundo. En primer lugar, los servicios de salud mental representan un reto tanto para los países en vías de desarrollo como para los desarrollados, aunque la naturaleza de los retos sea distinta. En segundo lugar, los servicios especializados más caros no son la respuesta a estos problemas. Incluso con las restricciones de recursos de los servicios sanitarios de muchos países, mejoras significativas en la prestación de los servicios de salud mental se pueden llevar a cabo desviando los recursos hacia los servicios que son menos costosos, y así se obtienen resultados razonablemente buenos como beneficios para una gran parte  de la población.

En este contexto el desafío para el Hospital de Especialidades en Salud Mental de Zacatecas es desarrollar e implementar un modelo de calidad total en el servicio, un modelo competitivo en el mercado internacional, competitivo no el sentido económico sino más bien en la capacidad de resolver, tratar, diagnosticar y prevenir los múltiples trastornos mentales de la sociedad.

Bibliografía

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  10. Watters, E. (2012). “Crazy Like Us: The Globalization of The American Psyche”. Estados Unidos: Free Press.